Recientemente tenemos una mayor atención por parte del pueblo ante el acontecer político. Desde 2015 el llamado despertar ciudadano se concibe como una sociedad más pendiente del Estado. Aunque sea bueno estar atentos, la forma de votar ha cambiado, la de ganar votos, no.
Antes era todo muy descarado pero muy sincero. Si bien la crítica venía del acarreamiento, el clientelismo, el comprar votos con láminas y alimentos, las personas votaban con desesperanza previa. Es decir, el votante daba el voto a cambio de regalos, pero no esperaba nada del político una vez electo.
El año pasado las cosas cambiaron. El votante se cansó de recibir regalos y se inclinó por la tendencia anticorrupción y antitradicional. Así se dieron votos de personas que no se esperaban, las del presidente por FCN entre otras. Además del discurso de Morales que ya ha sido muy criticado, hay otros que recibieron el voto por la misma tendencia, aquí me refiero a la bancada de Encuentro por Guatemala encabezada por Nineth Montenegro. Una bancada débil en años anteriores.
Hubo un momento clave en el que los votos se fueron para el partido rojiverde. En las solicitudes de antejuicio, apareció una tarde ante la prensa con una valija diciendo que dormiría en el Palacio Legislativo hasta que se aprobara el retiro de inmunidad. Entonces, el electorado se exalta con la acción como con un gol de la nacional.
Hoy día, las pequeñas bancadas del Congreso proponen a la presidencia del legislativo una tercera opción con la amada de los honestos. Montenegro puede recibir mucho apoyo de la ciudadanía por sus esfuerzos por la transparencia y su condición de política decente. Hay muchas personas que la ven como una gran opción.
El propósito de esta columna, no es dudar de la capacidad o la honestidad de Montenegro.as bien de dudar sobre la forma de evaluar a los candidatos. Pues un espectáculo como el de la valija es tan inválido y tan poco racional como el voto de los arrepentidos por FCN.
Mientras los guatemaltecos sigamos evaluando al candidato por sus declaraciones, y no por una conciencia integral de personalidad, capacidad y propuestas; no podremos esperar resultados tan diferentes. El discurso político electoral ha cambiado en su forma mas no en su fondo. Las tendencias cambian pero la cultura del elector, está lejos aún.
Antes era todo muy descarado pero muy sincero. Si bien la crítica venía del acarreamiento, el clientelismo, el comprar votos con láminas y alimentos, las personas votaban con desesperanza previa. Es decir, el votante daba el voto a cambio de regalos, pero no esperaba nada del político una vez electo.
El año pasado las cosas cambiaron. El votante se cansó de recibir regalos y se inclinó por la tendencia anticorrupción y antitradicional. Así se dieron votos de personas que no se esperaban, las del presidente por FCN entre otras. Además del discurso de Morales que ya ha sido muy criticado, hay otros que recibieron el voto por la misma tendencia, aquí me refiero a la bancada de Encuentro por Guatemala encabezada por Nineth Montenegro. Una bancada débil en años anteriores.
Hubo un momento clave en el que los votos se fueron para el partido rojiverde. En las solicitudes de antejuicio, apareció una tarde ante la prensa con una valija diciendo que dormiría en el Palacio Legislativo hasta que se aprobara el retiro de inmunidad. Entonces, el electorado se exalta con la acción como con un gol de la nacional.
Hoy día, las pequeñas bancadas del Congreso proponen a la presidencia del legislativo una tercera opción con la amada de los honestos. Montenegro puede recibir mucho apoyo de la ciudadanía por sus esfuerzos por la transparencia y su condición de política decente. Hay muchas personas que la ven como una gran opción.
El propósito de esta columna, no es dudar de la capacidad o la honestidad de Montenegro.as bien de dudar sobre la forma de evaluar a los candidatos. Pues un espectáculo como el de la valija es tan inválido y tan poco racional como el voto de los arrepentidos por FCN.
Mientras los guatemaltecos sigamos evaluando al candidato por sus declaraciones, y no por una conciencia integral de personalidad, capacidad y propuestas; no podremos esperar resultados tan diferentes. El discurso político electoral ha cambiado en su forma mas no en su fondo. Las tendencias cambian pero la cultura del elector, está lejos aún.