Por Telma Jovita de León
La música es el medio que nos permite comunicarnos de diferentes maneras, nos permite viajar a lugares lejanos y remotos, nos inspira, nos relaja, nos endulza, nos une y nos llena de emociones tan variadas, nos hace lanzar suspiros, risas y llantos.
Y es que desde que el ser humano está dentro del vientre de su madre, disfruta de escuchar la primera y más hermosa melodía que es esa voz angelical y única que traspasa todas las capas de piel para hacer que el tierno oído escuche y sienta el amor por medio de una melodiosa voz, la que se convierte en música diaria, la más amada y reconocida de todos los tiempos: la voz de mamá.
Cuando nacemos empezamos a escuchar de diferentes voces varias canciones, desde las más tradicionales que nos arrullan en los brazos de mamá hasta las canciones románticas con las que papá y mamá se enamoraron, o aquellas que hacen bailar al hermano mayor o a cualquier miembro de la familia y que nos transmiten mediante silbidos, tarareos o simplemente con conectar un aparato que reproduce la música seleccionada.
Toda madre le comunica a su hijo recién nacido lo mucho que le ama y cuán feliz está de tenerle, por medio de música, le canta, lo arrulla, tararea y le ofrece comida, un delicioso baño, una rica pachita o un paseo en carruaje siempre cantándole con una música especial y de esa manera el nuevo ser va creciendo acostumbrándose y apegándose a la música, misma que se convierte en parte importante de su desarrollo.
Cuando el pequeño inicia la escuela, lleva dentro de sí tantos conocimientos que sin darse cuenta ha adquirido mediante la fiel compañía que ha tenido desde siempre: ¡La música! Y a partir de eso no va a separarse de ella, pues mediante la música el ser humano aprende de manera divertida y fácil, de manera agradable y sin monotonía ni aburrimiento, pues la música recrea su cerebro, permitiéndole aprender de forma activa y participativa. ¿Podrá la música fomentar hábitos y valores en el ser humano?
Yo me atrevo a decir que sí, porque el ser humano, mientras aprende con ella, de forma individual o interactuando con otros seres humanos, permite practicar el respeto, la tolerancia, la amistad, el compañerismo, la solidaridad, entre otros valores que se pueden fomentar y practicar mediante el aprendizaje y la práctica con la música.
También me atrevo a decir, como educadora, que la música es una herramienta pedagógica infalible, una metodología didáctica indispensable de la cual nos podemos valer para comunicar una serie de conocimientos básicos, culturales, sociales y culturales,, y un ejemplo claro y sencillo es que conocemos muchos países mediante la música de su Himno Nacional, conocemos varias culturas mediante la música que hacen y les representa ante el mundo, aprendemos varios idiomas mediante música, conocemos de historia a través de la misma música, y es porque mediante la música el ser humano tiene libertad de expresión a nivel mundial sin restricciones ni miedos.
El ser humano también crea música diariamente, se vale de la misma para comunicar sus sentimientos, sus emociones, fracasos, éxitos, dolores, satisfacciones, anhelos, su amor. Y cuando digo que el ser humano se vale de la música para expresar su amor, no me estoy refiriendo entonces solamente al amor entre un hombre y una mujer, porque mediante la música podemos expresar el amor hacia Dios primeramente, hacia la naturaleza, a la familia, los amigos, las situaciones, a la vida en general.
El ser humano está rodeado de música; qué gran privilegio es poder escuchar en las madrugadas la música que entonan los pajaritos comunicando que están felices y agradecidos con Dios por permitir un nuevo amanecer y por la noche la suave música de los grillos y las ranas a la orilla de los ríos y los arroyos diciendo gracias a Dios porque otro día ha llegado a su fin.
Cómo sería de hermoso que esa música la pudiera escuchar, entender, comprender y apreciar todo ser humano sobre la tierra, pero a veces se desconoce hasta que estos sonidos mencionados son música natural, música que habla, música que encanta, que enseña y que agradece, si tan solo el ser humano dejara a un lado las preocupaciones y carreras del diario vivir, sería fantástico que pudiese escuchar que dentro de él mismo se puede escuchar una música suave y hermosa como los es la música del corazón.
La música es un medio de comunicación creativo, dinámico, diferente del cual todos en algún momento de nuestra vida nos hemos valido tanto para apreciar lo que nos comunican como para tener una manera fácil y distinta de comunicarnos con los demás, por todo lo expuesto y por muchas causas más, debemos valorar, amar, utilizar, vivir y disfrutar de esa herramienta especial , dinámica, sonora, tierna, suave y distinta de la que seguramente todos los seres no solo humanos sino seres vivos en general disfrutamos desde nuestra concepción hasta la vida eterna.
Quisiera dejar en la mente de cada uno que la música es una compañera que debemos convertir en inseparable porque en todos los momentos de nuestra vida va a estar presente, solo debemos aprender a buscarla, a escucharla, valorarla y disfrutarla, sin importar la edad, la situación en que nos encontremos, la época del año que vivamos o el lugar donde nos encontremos, pues mediante su ritmo y su letra ésta nos comunicará los mensajes exactos que deseamos y buscamos escuchar.
¡La vida es música!
Y es que desde que el ser humano está dentro del vientre de su madre, disfruta de escuchar la primera y más hermosa melodía que es esa voz angelical y única que traspasa todas las capas de piel para hacer que el tierno oído escuche y sienta el amor por medio de una melodiosa voz, la que se convierte en música diaria, la más amada y reconocida de todos los tiempos: la voz de mamá.
Cuando nacemos empezamos a escuchar de diferentes voces varias canciones, desde las más tradicionales que nos arrullan en los brazos de mamá hasta las canciones románticas con las que papá y mamá se enamoraron, o aquellas que hacen bailar al hermano mayor o a cualquier miembro de la familia y que nos transmiten mediante silbidos, tarareos o simplemente con conectar un aparato que reproduce la música seleccionada.
Toda madre le comunica a su hijo recién nacido lo mucho que le ama y cuán feliz está de tenerle, por medio de música, le canta, lo arrulla, tararea y le ofrece comida, un delicioso baño, una rica pachita o un paseo en carruaje siempre cantándole con una música especial y de esa manera el nuevo ser va creciendo acostumbrándose y apegándose a la música, misma que se convierte en parte importante de su desarrollo.
Cuando el pequeño inicia la escuela, lleva dentro de sí tantos conocimientos que sin darse cuenta ha adquirido mediante la fiel compañía que ha tenido desde siempre: ¡La música! Y a partir de eso no va a separarse de ella, pues mediante la música el ser humano aprende de manera divertida y fácil, de manera agradable y sin monotonía ni aburrimiento, pues la música recrea su cerebro, permitiéndole aprender de forma activa y participativa. ¿Podrá la música fomentar hábitos y valores en el ser humano?
Yo me atrevo a decir que sí, porque el ser humano, mientras aprende con ella, de forma individual o interactuando con otros seres humanos, permite practicar el respeto, la tolerancia, la amistad, el compañerismo, la solidaridad, entre otros valores que se pueden fomentar y practicar mediante el aprendizaje y la práctica con la música.
También me atrevo a decir, como educadora, que la música es una herramienta pedagógica infalible, una metodología didáctica indispensable de la cual nos podemos valer para comunicar una serie de conocimientos básicos, culturales, sociales y culturales,, y un ejemplo claro y sencillo es que conocemos muchos países mediante la música de su Himno Nacional, conocemos varias culturas mediante la música que hacen y les representa ante el mundo, aprendemos varios idiomas mediante música, conocemos de historia a través de la misma música, y es porque mediante la música el ser humano tiene libertad de expresión a nivel mundial sin restricciones ni miedos.
El ser humano también crea música diariamente, se vale de la misma para comunicar sus sentimientos, sus emociones, fracasos, éxitos, dolores, satisfacciones, anhelos, su amor. Y cuando digo que el ser humano se vale de la música para expresar su amor, no me estoy refiriendo entonces solamente al amor entre un hombre y una mujer, porque mediante la música podemos expresar el amor hacia Dios primeramente, hacia la naturaleza, a la familia, los amigos, las situaciones, a la vida en general.
El ser humano está rodeado de música; qué gran privilegio es poder escuchar en las madrugadas la música que entonan los pajaritos comunicando que están felices y agradecidos con Dios por permitir un nuevo amanecer y por la noche la suave música de los grillos y las ranas a la orilla de los ríos y los arroyos diciendo gracias a Dios porque otro día ha llegado a su fin.
Cómo sería de hermoso que esa música la pudiera escuchar, entender, comprender y apreciar todo ser humano sobre la tierra, pero a veces se desconoce hasta que estos sonidos mencionados son música natural, música que habla, música que encanta, que enseña y que agradece, si tan solo el ser humano dejara a un lado las preocupaciones y carreras del diario vivir, sería fantástico que pudiese escuchar que dentro de él mismo se puede escuchar una música suave y hermosa como los es la música del corazón.
La música es un medio de comunicación creativo, dinámico, diferente del cual todos en algún momento de nuestra vida nos hemos valido tanto para apreciar lo que nos comunican como para tener una manera fácil y distinta de comunicarnos con los demás, por todo lo expuesto y por muchas causas más, debemos valorar, amar, utilizar, vivir y disfrutar de esa herramienta especial , dinámica, sonora, tierna, suave y distinta de la que seguramente todos los seres no solo humanos sino seres vivos en general disfrutamos desde nuestra concepción hasta la vida eterna.
Quisiera dejar en la mente de cada uno que la música es una compañera que debemos convertir en inseparable porque en todos los momentos de nuestra vida va a estar presente, solo debemos aprender a buscarla, a escucharla, valorarla y disfrutarla, sin importar la edad, la situación en que nos encontremos, la época del año que vivamos o el lugar donde nos encontremos, pues mediante su ritmo y su letra ésta nos comunicará los mensajes exactos que deseamos y buscamos escuchar.
¡La vida es música!