Un fuerte y frío viento del norte trae consigo el polvo de un pasado del que mucho se habla pero que poco se entiende. Huracanes de acusaciones ven en el clima actual un lugar en donde nacer y crecer desenfrenadamente guiadas por una emotividad que muchas veces se separa de la razón y bordea lo absurdo. Por último, tempestades de intereses ocultos hacen un espectáculo de un tema que debería ser visto de la manera más objetiva posible tomando en cuenta las repercusiones que tomar una postura determinada implica. Hoy las acusaciones de genocidio vuelven cual marea que durante unas horas se mantiene baja y durante otras se eleva azotando las costas de una playa que ya no quiere saber más de ella. Pero ¿sabemos lo que significa cometer genocidio y las implicaciones que eso tiene?
Lo mas importante que debemos entender es el significado de genocidio para comprender si es aplicable a lo que sucedió en el conflicto armado, específicamente en el Triángulo Ixil. La definición comunmente aceptada para el delito de genocidio es la siguiente: "El genocidio es un delito internacional que ha sido clasificado dentro del grupo de crímenes contra la humanidad, en tanto, el mismo consiste en el exterminio sistemático de un grupo social motivado, ya sea por cuestiones de raza, política, religión, etnia o nacionalidad, entre otras opciones."
Dos detalles llaman la atención ante esta definición. Primero es el hecho de que debe ser un exterminio sistemático, no una serie de hechos aislados. Con "sistemático" se entiende que existe un proceso repitente por el cual se selecciona a personas de cierto grupo para luego ser exterminados en espacios diseñados para el mismo propósito. Comparandolo con el genocidio más famoso de la historia, el de los Nazis encontramos una enorme diferencia entre lo que ocurrió en Guatemala y las políticas de exterminio aplicadas en Alemania. Aceptando que pudieron haber existido masacres en distinos lugares y que estas hayan sido realizados por distintos grupos que no necesariamente eran militares, no implica que existiera una sistematización para realizar dichas matanzas. La segunda palabra que es necesario prestarle especial atención es al hecho de que este exterminio tiene que ser "motivado" por cuestion de raza, política, religión, entia o nacionalidad. Comparando una vez mas el discurso del ahora acusado de genocida Efrain Rios Montt y el de genocidas condenados encontramos una gran diferencia. El discurso del dictador guatemalteco jamás fue dirigido en contra de una etnia como se ha tratado de interpretar, mas bien fue dirigido ante aquellos grupos ilegales que por medio de la violencia y el temor querían imponer una ideología que no cuajó ni con las personas que ellos consideraban las ganadoras de ese tipo de movimientos. Mientras que genocidas como Hitler, Pol Pot, los Jóvenes Turcos en el Imperio Otomano, el gobierno Hutu en Ruanda y otros tenían un claro objetivo de exterminar un determinado grupo generalmente por su etnia.
Un primer análisis conceptual e histórico pone en duda si el delito de genocidio puede ser aplicado a los militares guatemaltecos. Quedará entonces que se realice una investigación profunda y transparente sobre los hechos que motivaron la realización de las llamadas masacres ocurridas principalmente en el occidente del país para determinar si efectivamente hubo genocidio o si éste fuerte viento norteño finalmente nos dejará respirar el aire de un futuro unido de un país que no necesariamente olvidó pero que fue sensato consigo mismo.