Administración municipal:
El caso de Livingston, Izabal
El gobierno central guatemalteco no tiene el alcance para llegar a todos los rincones de la República. Es aquí en donde surge el importante papel de las municipalidades. Un municipio con un gobierno municipal eficiente es capaz de influir de manera positiva al desarrollo de sus habitantes. Pero uno ineficiente logra lo contrario, desacelerando el desarrollo y volviéndose un obstáculo para sus pobladores.
Cuando hablo de la importancia de un gobierno local bien administrado, lo hago pensando en todos los municipios existentes en Guatemala. Sin embargo, el enfoque de este artículo es el municipio de Livingston, Izabal. En lo personal, he tenido la oportunidad de pasar la mitad de mi vida en este pueblo caribeño. Livingston, sin duda, es un paraíso natural sin comparación, compuesto por una gran multietnicidad por parte de sus habitantes y su cultura.
El lugar es hermoso, pero la falta de un gobierno municipal eficiente ha hecho que el desarrollo en él sea lento y desigual. Territorialmente la administración política de la alcaldía llega a cubrir el área desde el río Sarstún hasta Río Dulce y todas las aldeas y caseríos aledaños. El problema está en que, lamentablemente, las personas que han estado a cargo de esta importante labor administrativa, no han podido aprovechar al máximo los recursos otorgados por los habitantes. De hecho, desde el 2008 y hasta el 2016, la municipalidad de Livingston ha adquirido una deuda con el Banco de Desarrollo Rural (Banrural) que supera los 19 millones de quetzales. La mayoría de esta deuda, fue adquirida por el actual alcalde del pueblo, Miguel Rax Asij, durante el periodo de 2008-2012. Parece poco cuando se compara con la deuda nacional del país, pero si tomamos en cuenta que (según datos de la Contraloría General de Cuentas) la municipalidad tiene ingresos anuales de entre 22 a 29 millones de quetzales y que en los últimos 8 años los egresos administrativos y de ejecución siempre terminan siendo mayores a la recaudación, esta deuda es cada vez más difícil de pagar.
Cuando hablo de la importancia de un gobierno local bien administrado, lo hago pensando en todos los municipios existentes en Guatemala. Sin embargo, el enfoque de este artículo es el municipio de Livingston, Izabal. En lo personal, he tenido la oportunidad de pasar la mitad de mi vida en este pueblo caribeño. Livingston, sin duda, es un paraíso natural sin comparación, compuesto por una gran multietnicidad por parte de sus habitantes y su cultura.
El lugar es hermoso, pero la falta de un gobierno municipal eficiente ha hecho que el desarrollo en él sea lento y desigual. Territorialmente la administración política de la alcaldía llega a cubrir el área desde el río Sarstún hasta Río Dulce y todas las aldeas y caseríos aledaños. El problema está en que, lamentablemente, las personas que han estado a cargo de esta importante labor administrativa, no han podido aprovechar al máximo los recursos otorgados por los habitantes. De hecho, desde el 2008 y hasta el 2016, la municipalidad de Livingston ha adquirido una deuda con el Banco de Desarrollo Rural (Banrural) que supera los 19 millones de quetzales. La mayoría de esta deuda, fue adquirida por el actual alcalde del pueblo, Miguel Rax Asij, durante el periodo de 2008-2012. Parece poco cuando se compara con la deuda nacional del país, pero si tomamos en cuenta que (según datos de la Contraloría General de Cuentas) la municipalidad tiene ingresos anuales de entre 22 a 29 millones de quetzales y que en los últimos 8 años los egresos administrativos y de ejecución siempre terminan siendo mayores a la recaudación, esta deuda es cada vez más difícil de pagar.
A todo esto, sumémosle que todas las auditorias anuales realizadas por la CGC desde el año 2008, han salido siempre negativas. Dentro de los reportes presentados por esta institución, la municipalidad siempre se ha visto incapaz de justificar gastos, habiendo cada año, entre 450,000 a 600,000 quetzales que desaparecen. La municipalidad 1) no emplea ningún auditor, 2) no realiza sus licitaciones en Guatecompras, 3) la mayoría de proyectos que realiza son sobrevalorados, 4) no tienen supervisores de obras capacitados y 5) son incapaces de verificar la calidad de los materiales de construcción utilizados; corriendo el riesgo de que las obras que realizan sean de mala calidad.
Anualmente, la CGC castiga a los responsables, generalmente al alcalde y algunos trabajadores municipales, con multas de entre 4,000 a 20,000 quetzales por mala administración de los recursos del pueblo. Pero esto no es nada en comparación con la cantidad de dinero que injustificadamente desaparece cada año. |
El centro de salud no cuenta con los recursos necesarios ni personal capacitado para dar un servicio de calidad, por lo que casi todos los casos son enviados a Puerto Barrios y/o a la ciudad capital. El turismo es la principal fuente de ingreso económico del pueblo, pero, la falta de servicios de drenaje (ya que solo el 15% de los hogares cuenta con tuberías para drenar desechos) y la falta de limpieza de las playas, ha degenerado la belleza natural de los lugares turísticos.
La población dentro del municipio incrementa exponencialmente cada año. Por lo tanto, cada vez hay más necesidad de nuevos proyectos por parte de la municipalidad. Dentro de las más urgentes necesidades del pueblo en las que la alcaldía debería de enfocarse estan: 1) la implementación de un sistema de drenaje y tuberías dentro del sector urbano, 2) políticas de conservación y limpieza de las playas y lugares públicos y turísticos, 3) convenios municipales de cooperación (con el gobierno central, ONGs y otras instituciones) para el mejoramiento de la salud y educación y remozamiento de los edificios públicos, 4) la construcción de un mercado municipal que facilite el comercio local y 5) iniciar diálogos con empresas distribuidoras de energía eléctrica para prevenir la falta de luz por largos intervalos de tiempo (que tienden a ocurrir frecuentemente).
Las municipalidades tienen un gran poder, y una gran obligación, dentro del territorio que administran. Sin embargo, la ciudadanía que habita en el municipio, también. Si la administración de una alcaldía no está cumpliendo con sus obligaciones, es deber de sus habitantes fiscalizarla y exigir que se lleven a cabo proyectos que beneficien a todos. Lamentablemente, muchas personas tienen miedo, o no tienen ningún interés, en participar en la política. Dejando la administración publica en manos de personajes que no están correctamente capacitados para ello.
La constante presencia de la sociedad civil en los asuntos de gobierno local es de inigualable importancia para el ejercicio de una democracia activa. La política es una herramienta de la ciudadanía para el progreso. Por lo tanto, jóvenes, no tengan miedo de expresarse e involucrarse en política, porque organizándose y preocupándose por cómo está siendo administrado el municipio en donde viven, podrán ayudar a crear una diferencia en él.
La población dentro del municipio incrementa exponencialmente cada año. Por lo tanto, cada vez hay más necesidad de nuevos proyectos por parte de la municipalidad. Dentro de las más urgentes necesidades del pueblo en las que la alcaldía debería de enfocarse estan: 1) la implementación de un sistema de drenaje y tuberías dentro del sector urbano, 2) políticas de conservación y limpieza de las playas y lugares públicos y turísticos, 3) convenios municipales de cooperación (con el gobierno central, ONGs y otras instituciones) para el mejoramiento de la salud y educación y remozamiento de los edificios públicos, 4) la construcción de un mercado municipal que facilite el comercio local y 5) iniciar diálogos con empresas distribuidoras de energía eléctrica para prevenir la falta de luz por largos intervalos de tiempo (que tienden a ocurrir frecuentemente).
Las municipalidades tienen un gran poder, y una gran obligación, dentro del territorio que administran. Sin embargo, la ciudadanía que habita en el municipio, también. Si la administración de una alcaldía no está cumpliendo con sus obligaciones, es deber de sus habitantes fiscalizarla y exigir que se lleven a cabo proyectos que beneficien a todos. Lamentablemente, muchas personas tienen miedo, o no tienen ningún interés, en participar en la política. Dejando la administración publica en manos de personajes que no están correctamente capacitados para ello.
La constante presencia de la sociedad civil en los asuntos de gobierno local es de inigualable importancia para el ejercicio de una democracia activa. La política es una herramienta de la ciudadanía para el progreso. Por lo tanto, jóvenes, no tengan miedo de expresarse e involucrarse en política, porque organizándose y preocupándose por cómo está siendo administrado el municipio en donde viven, podrán ayudar a crear una diferencia en él.
Para mas información de los gastos publicos municipales de otros años, visitar la pagina de la Contraloría General de Cuentas