Luego de pasar largos momentos en lugares públicos y privados llegué a escuchar tantas veces argumentos de lógica tipo "Si A entonces B" en cuanto a la sociedad y sus peligrosas etiquetas. Escuchaba que Ana había tenido relaciones con su novio y que él fijo pensaba que ella era "fácil" (no fue la palabra que dijeron). Escuché que Juan era gay entonces que era mejor alejarlo de los niños porque podía ser pedófilo también. También escuché cómo alguien me comentaba que por ser gordo solamente me gustaba comer Mc. Etiquetas. Me pareció curioso que en el círculo en el que yo me muevo se etiquete a las personas dependiendo de cómo son, de sus decisiones o de su orientación.
Es triste que luego de que se descubriera que el mundo no es cuadrado y habiendo pasado 500 años desde eso sigamos viviendo en un mundo tan cuadrado. El daño que sentimos las personas que somos etiquetadas es inimaginable. Quizás lo mío no se compare con lo que siente Ana o lo que siente Juan. Vivir y que a tus espaldas hablen de que eres mal ejemplo, que no permitan a los niños acercarse, que te hagan sentir basura trayéndote abajo una y otra vez por lo que eres es desagradable.
Que por tu color seas etiquetado como confiable o no, me desagrada. Lo peor es que no se dice en broma en el fondo. No promuevo más que la tolerancia y la aceptación de que no vivimos en un mundo de iguales, vivimos en un mundo de libertad en el que cada individuo puede elegir qué acciones tomar, qué creer, qué orientación tener y sobre todo vivir sin ser castigado por una sociedad cuadrada. Ya es hora de que abramos la mente y dejemos de pasar por encima de los derechos de los individuos que nos rodean.
Sueño con un mundo en el que se acepte a los demás sin importar su religión. Un mundo donde no haya presos; religiosos, políticos, mediáticos, etc. Un mundo en el que todos podamos ser libres de tomar elecciones sin ser castigados moralmente. Conozco muchas buenas personas con un corazón enorme que son gays, que han tenido relaciones, que son de distintas culturas, que ríen y sueñan porque son personas, como tú y como yo.
El mundo es redondo, como una moneda. Tiene dos caras, puede que a veces quieras que alguien sea cara y resulta ser escudo, pero no por eso pierde su valor.
Es triste que luego de que se descubriera que el mundo no es cuadrado y habiendo pasado 500 años desde eso sigamos viviendo en un mundo tan cuadrado. El daño que sentimos las personas que somos etiquetadas es inimaginable. Quizás lo mío no se compare con lo que siente Ana o lo que siente Juan. Vivir y que a tus espaldas hablen de que eres mal ejemplo, que no permitan a los niños acercarse, que te hagan sentir basura trayéndote abajo una y otra vez por lo que eres es desagradable.
Que por tu color seas etiquetado como confiable o no, me desagrada. Lo peor es que no se dice en broma en el fondo. No promuevo más que la tolerancia y la aceptación de que no vivimos en un mundo de iguales, vivimos en un mundo de libertad en el que cada individuo puede elegir qué acciones tomar, qué creer, qué orientación tener y sobre todo vivir sin ser castigado por una sociedad cuadrada. Ya es hora de que abramos la mente y dejemos de pasar por encima de los derechos de los individuos que nos rodean.
Sueño con un mundo en el que se acepte a los demás sin importar su religión. Un mundo donde no haya presos; religiosos, políticos, mediáticos, etc. Un mundo en el que todos podamos ser libres de tomar elecciones sin ser castigados moralmente. Conozco muchas buenas personas con un corazón enorme que son gays, que han tenido relaciones, que son de distintas culturas, que ríen y sueñan porque son personas, como tú y como yo.
El mundo es redondo, como una moneda. Tiene dos caras, puede que a veces quieras que alguien sea cara y resulta ser escudo, pero no por eso pierde su valor.