Abrimos el debate sobre la pena de muerte de nuevo. Aunque parecería ridículo hacerlo, porque comprobamos que la pena de muerte no reduce el crimen, y que en un sistema como el guatemalteco, su aplicación podría ser nefasta. Pero vamos más allá.
Según la ley, la pena de muerte no aplica a mayores de sesenta años, presos por causas políticas ni mujeres. Increíble. Los únicos afectados por la misma, son ciudadanos varones menores de sesenta años. ¿Que los hombres reciban pena de muerte, pero no las mujeres, aunque cometan el mismo crimen? Sexismo vivo.
¿En dónde están las feministas que profesan tanto la “igualdad”? En serio, ¿en dónde están? Parecería que su agenda se contradice con su misma definición. Es más, ¿en dónde está la justicia objetiva y ciega? ¿Es acaso justicia esto? Leyes discriminatorias, y peor aún, en un caso tan severo como la muerte, solo desmienten el supuesto “papel inferior de la mujer”, mitificado entre nosotros.
Pero eso no es todo: los ex-políticos tampoco la tienen. Claro, era de esperarse. El poder te da muchas ventajas, y si debemos referirnos a una casta, que sea esa la política. Ser un servidor público no te hace más ser humano que el ciudadano común; solo ocupas un puesto determinado, en un lugar determinado, en un tiempo determinado. Discriminación por título.
Esta cláusula de la pena de muerte, además de retrógrada, es ridícula. ¿Cómo podrían nuestros políticos defender la igualdad, si al momento de legislar, hacen todo lo contrario? Demagogia o aprovechamiento, Guatemala no es un país con igualdad ante la ley. “Todos los animales son iguales, pero algunos animales son más iguales que otros”. Si creemos que discriminando estamos mejor, somos muy tontos o muy ignorantes.
Según la ley, la pena de muerte no aplica a mayores de sesenta años, presos por causas políticas ni mujeres. Increíble. Los únicos afectados por la misma, son ciudadanos varones menores de sesenta años. ¿Que los hombres reciban pena de muerte, pero no las mujeres, aunque cometan el mismo crimen? Sexismo vivo.
¿En dónde están las feministas que profesan tanto la “igualdad”? En serio, ¿en dónde están? Parecería que su agenda se contradice con su misma definición. Es más, ¿en dónde está la justicia objetiva y ciega? ¿Es acaso justicia esto? Leyes discriminatorias, y peor aún, en un caso tan severo como la muerte, solo desmienten el supuesto “papel inferior de la mujer”, mitificado entre nosotros.
Pero eso no es todo: los ex-políticos tampoco la tienen. Claro, era de esperarse. El poder te da muchas ventajas, y si debemos referirnos a una casta, que sea esa la política. Ser un servidor público no te hace más ser humano que el ciudadano común; solo ocupas un puesto determinado, en un lugar determinado, en un tiempo determinado. Discriminación por título.
Esta cláusula de la pena de muerte, además de retrógrada, es ridícula. ¿Cómo podrían nuestros políticos defender la igualdad, si al momento de legislar, hacen todo lo contrario? Demagogia o aprovechamiento, Guatemala no es un país con igualdad ante la ley. “Todos los animales son iguales, pero algunos animales son más iguales que otros”. Si creemos que discriminando estamos mejor, somos muy tontos o muy ignorantes.