La Guerra Fría trajo repercusiones que han durado hasta la época de la globalización. Una de estas repercusiones fue el embargo económico que aplicó Estados Unidos a la “isla socialista”. Dicha acción tomada contra Cuba se aplicó por su relación con la URSS en tiempos de la guerra mencionada anteriormente. El régimen de Fidel Castro tomó medidas que apoyaron a las guerrillas latinoamericanas, siendo esto una cachetada a Estados Unidos y uno de los mejores golpes por parte del socialismo dictado desde Moscú. El día 20 de marzo del 2016 marca un hecho histórico con la visita de Barack Obama, Presidente de los Estados Unidos, a La Habana.
Fidel Castro mantuvo un monopolio estatal en el sector económico, mismo que hacía imposible que floreciera la iniciativa privada. No se veía en la isla a individuos que de manera autónoma y libre pudieran ejercer un restaurante y quedarse con los beneficios de su trabajo. Cuando Raúl Castro tomó las riendas de Cuba mantuvo su régimen en cuestiones políticas y sociales, pero en cuestiones económicas permitió una mayor libertad para que los cubanos pudieran trabajar en el sector privado. El actual Presidente cubano ha tomado acciones que impulsan a Cuba a no estar en un “bloqueo continental” con América. El régimen no cambiará, pero sí la economía y con ella vendrán cambios en cuestiones sociales cuando los cubanos se den cuenta de que pueden ser más de lo que creen sin depender totalmente del gobierno cubano.
Si se impulsa cada vez más a la ciudadanía cubana llegará el cambio político, así como llegó la caída del muro de Berlín marcando un precedente histórico con el fin del socialismo en Europa, pero en Latinoamérica han surgido caudillos que por mantener el socialismo del Siglo XXI han violado los derechos humanos de sus ciudadanos, como sucedió en Cuba con los Castro.
En Washington no están contentos con Obama por su apertura con Cuba, debido a que el Congreso mantiene firme su embargo económico, pero Obama ha hecho un mayor avance desde el 2014 con Cuba con respecto a la medida que tomó el Congreso estadounidense con el bloqueo que ha durado más de medio siglo. El paso que dio Estados Unidos en relaciones con Cuba dejará huella de cara a las elecciones estadounidenses.
Obama deja un sabor de esperanza a los ciudadanos cubanos que esperan que se ejecute un cambio radical que no reprima a los ciudadanos con el juego de la zanahoria y el garrote.
El orden que quiere mantener Raúl dentro de la isla se basa en que los cubanos acepten los beneficios estatales que trae su gobierno sin hacer revueltas o incentivar el desorden, si no habrá prisión. La postura del partido republicano es de castigo a Cuba por su Presidente, ya que insisten en que un régimen que; refugia terroristas/prófugos, viola derechos humanos y cierra su mercado, debe ser objeto de castigo y no de premiación con empresas estadounidenses en la isla.
Con las acciones de Obama, la esperanza de los ciudadanos cubanos y con un candidato republicano, Donald Trump, perfilándose como próximo Presidente de los Estados Unidos es difícil saber si la esperanza acabará en el 2017, pero estos avances serán en vano si el partido republicano mantiene su postura en el Congreso y si Donald Trump no separa ese pensamiento republicano en su política exterior (en caso de ganar las elecciones).
Por el momento se puede afirmar que el sector privado que se encuentra en crecimiento en Cuba mejorará la calidad de vida de los ciudadanos cubanos que ejerzan su derecho a decidir por sí mismos y no a que arbitrariamente decidan por ellos.
Si Estados Unidos no retrocede su política exterior con Cuba, pronto habrá cubanos (que huyeron del régimen de los Castro a Estados Unidos) viajando desde Florida a La Habana para compartir historias, abrazos y mojitos
Fidel Castro mantuvo un monopolio estatal en el sector económico, mismo que hacía imposible que floreciera la iniciativa privada. No se veía en la isla a individuos que de manera autónoma y libre pudieran ejercer un restaurante y quedarse con los beneficios de su trabajo. Cuando Raúl Castro tomó las riendas de Cuba mantuvo su régimen en cuestiones políticas y sociales, pero en cuestiones económicas permitió una mayor libertad para que los cubanos pudieran trabajar en el sector privado. El actual Presidente cubano ha tomado acciones que impulsan a Cuba a no estar en un “bloqueo continental” con América. El régimen no cambiará, pero sí la economía y con ella vendrán cambios en cuestiones sociales cuando los cubanos se den cuenta de que pueden ser más de lo que creen sin depender totalmente del gobierno cubano.
Si se impulsa cada vez más a la ciudadanía cubana llegará el cambio político, así como llegó la caída del muro de Berlín marcando un precedente histórico con el fin del socialismo en Europa, pero en Latinoamérica han surgido caudillos que por mantener el socialismo del Siglo XXI han violado los derechos humanos de sus ciudadanos, como sucedió en Cuba con los Castro.
En Washington no están contentos con Obama por su apertura con Cuba, debido a que el Congreso mantiene firme su embargo económico, pero Obama ha hecho un mayor avance desde el 2014 con Cuba con respecto a la medida que tomó el Congreso estadounidense con el bloqueo que ha durado más de medio siglo. El paso que dio Estados Unidos en relaciones con Cuba dejará huella de cara a las elecciones estadounidenses.
Obama deja un sabor de esperanza a los ciudadanos cubanos que esperan que se ejecute un cambio radical que no reprima a los ciudadanos con el juego de la zanahoria y el garrote.
El orden que quiere mantener Raúl dentro de la isla se basa en que los cubanos acepten los beneficios estatales que trae su gobierno sin hacer revueltas o incentivar el desorden, si no habrá prisión. La postura del partido republicano es de castigo a Cuba por su Presidente, ya que insisten en que un régimen que; refugia terroristas/prófugos, viola derechos humanos y cierra su mercado, debe ser objeto de castigo y no de premiación con empresas estadounidenses en la isla.
Con las acciones de Obama, la esperanza de los ciudadanos cubanos y con un candidato republicano, Donald Trump, perfilándose como próximo Presidente de los Estados Unidos es difícil saber si la esperanza acabará en el 2017, pero estos avances serán en vano si el partido republicano mantiene su postura en el Congreso y si Donald Trump no separa ese pensamiento republicano en su política exterior (en caso de ganar las elecciones).
Por el momento se puede afirmar que el sector privado que se encuentra en crecimiento en Cuba mejorará la calidad de vida de los ciudadanos cubanos que ejerzan su derecho a decidir por sí mismos y no a que arbitrariamente decidan por ellos.
Si Estados Unidos no retrocede su política exterior con Cuba, pronto habrá cubanos (que huyeron del régimen de los Castro a Estados Unidos) viajando desde Florida a La Habana para compartir historias, abrazos y mojitos