A sus 33 años, el Fiscal Sandoval ha sido partícipe de los casos que han causado más impacto en el sector judicial guatemalteco. Desde su despacho, el Fiscal cuenta sus inicios enfrentando robos, extradiciones, lavado, hasta acusar a un binomio presidencial por el caso de corrupción llamado "La Línea". A continuación la entrevista realizada por Diego Pazos al Jefe de la Fiscalía Especial Contra la Impunidad, Juan Franciso Sandoval.
¿Cómo inició su carrera judicial?
En el Ministerio Público inicié como pasante de la Fiscalía Distrital Metropolitana en el 2003 mientras estaba estudiando en la Facultad de Ciencias Jurídicas de la Universidad de San Carlos. Yo estaba en cuarto año y por un convenio entre el MP y la USAC pude acceder a la pasantía. Siempre acudía al apoyo del Ministerio Público cuando me era requerido para apoyar en turnos de levantamiento de cadáveres. A unos meses de mi graduación, hubo una convocatoria para optar a la plaza de auxiliares fiscales y mediante un concurso de oposición, conseguí acceder al Ministerio Público como Auxiliar Fiscal 1 en la Fiscalía Contra el Crimen Organizado en la Unidad de Robo de Vehículos y posteriormente en la unidad de delitos relacionados con bancos. Cuando yo ya era abogado, existió otra convocatoria en el Ministerio Público para poder ascender a la plaza de Auxiliar Fiscal 2 en la Fiscalía de Delitos Constitucionales y gracias a Dios obtuve el primer lugar. Tras un año y medio me propusieron para ser trasladado a la Fiscalía Especial Contra la Impunidad. Aquí estuve un año y medio, hasta que reformaron la Ley Orgánica del Ministerio Público, entonces ya no era un requisito la edad de 30 años para ser Agente Fiscal y fue cuando la Doctora Paz y Paz me permitió ser el primer agente fiscal con menos de 30 años. Y así, luego de tres años en esta fiscalía, me permitieron hacerme cargo de la FECI.
¿Y cómo, siendo tan joven, surgió su interés por una carrera judicial?
Fue por pura casualidad, ya que por notas era que nos permitían en la San Carlos realizar pasantías en el Organismo Judicial o en el Ministerio Público. Durante mi pasantía fue que me gustó el trabajo de investigación, al principio como hobby, y luego ya me fui involucrando más.
¿Tuvo algún caso de alto impacto durante sus inicios en el Ministerio Público?
El primer caso importante fue el del robo de $8.6 millones al Aeropuerto Internacional La Aurora, el cual no estaba a mi cargo, pero sí había un equipo de auxiliares fiscales que lo teníamos a nuestro cargo. También las primeras detenciones relacionadas con la suspensión de operaciones de BANCAFÉ.
Uno de sus primeros casos en la FECI fue el del expresidente Alfonso Portillo, ¿qué nos puede comentar al respecto?
Justamente en el 2009, al ser trasladado a la Fiscalía Especial Contra la Impunidad me fue asignado el caso del expresidente Alfonso Portillo. En este caso le dimos continuidad a la investigación que realizó la Fiscalía Contra la Corrupción y nos encargamos de la extradición a los Estados Unidos de América. Fue hasta ese entonces el caso más grande que había tenido a mis 26 años.
¿Cómo opera la FECI siendo el enlace entre el MP y la CICIG?
La FECI es una Fiscalía que opera en consecuencia de un acuerdo entre el Ministerio Público y la CICIG. Todos los casos que tiene la FECI son los casos que el Comisionado le pide al Fiscal General de turno que inicie un proceso de investigación, o que continúe una investigación que esté en otra Fiscalía. Eso es la FECI.
Entonces siempre ha tenido contacto con los comisionados.
Sí. Tuve relación con el Comisionado Castresana, el Comisionado Dall’anese y con el Comisionado Velásquez.
¿Y cómo fue esa relación con ellos?
Yo todavía no era jefe de la Fiscalía cuando estaba el Comisionado Castresana, sin embargo él era muy cercano a la Fiscalía. Él venía a reuniones y nos apoyaba directamente. Era el estilo que él tenía. Con el Comisionado Dall’anese no había mucha cercanía, ya que él se comunicaba con quien era Fiscal General, entonces era muy esporádica su relación con la FECI. Por último, con el Comisionado Iván Velásquez es otra dinámica. Hay una relación más estrecha y más directa, quizás porque estoy encargado de la Fiscalía, pero la verdad es un gran soporte contar con una persona como él. Nos da acceso y da la oportunidad de que en todos los casos podamos discutir y aportar ideas.
¿Estas discusiones sobre los casos se dan con Thelma Aldana, el Comisionado Velásquez y usted?
Así es. Toda la información importante de los casos, operativos, y decisiones trascendentes que se toman en la Fiscalía siempre son coordinadas entre el Comisionado y la Fiscal General, siendo yo el vehículo mediante el cual se materializan las decisiones.
¿Cómo fue su experiencia en el caso La Línea enfrentando, en ese entonces, a un Presidente y a una exvicepresidenta?
Al principio todo arrancó como una investigación ordinaria. Nunca se planeó que iba a haber una investigación dirigida en contra del expresidente, sino que mediante hechos delictivos y a medida que iba avanzando la investigación se fue viendo cómo iba creciendo la calidad de la persona, no como personas, sino como el desenvolvimiento que tenían en la sociedad. A la hora de operativizar no solamente bastaban las pruebas, sino que también se tuvo que tomar una decisión coordinada para actuar contra un secretario privado en funciones. Considero que se tomaron las decisiones adecuadas.
¿Entonces el caso lo inició otra Fiscalía y fue trasladado a la FECI al darse cuenta del impacto que iba a ocasionar?
De hecho la investigación la teníamos desde el inicio en la FECI. Esto debido a que desde el 2012 inició una investigación relacionada con contrabando aduanero en Puerto Quetzal, de la cual supongo que habían investigaciones en la Fiscalía de Delitos Económicos. Sin embargo, darle seguimiento a un grupo de personas que ingresaban mercancía de forma anómala por Puerto Quetzal nos permitió en el 2014 tener información de una organización autodenominada “La Línea”.
¿Cómo reaccionó ante el movimiento que se ocasionó tras darse a conocer el caso La Línea?
No estaba planeado dar con estas personas, sin embargo el profundizar entre los hallazgos del caso La Línea nos permitió observar cómo La Línea solamente era un evento más de todos los negocios que esa administración gubernamental tenía en el Estado. Es decir, hubo otros negocios más grandes e importantes durante dicha administración, tales como el negocio en la Terminal de Contenedores Quetzal (TCQ) y la forma en la que se tomaron muchas dependencias del Estado para obtener beneficios económicos.
Se ha exigido mucho un fortalecimiento al Ministerio Público, ¿usted cómo ve estas exigencias? ¿Cree que llegará este fortalecimiento?
Así es, pero parte del fortalecimiento es la asignación de recursos. La sociedad exige que nosotros estemos a la vanguardia en tecnología y personal, pero eso no es posible con el presupuesto actual. En la medida en la que se invierta en el recurso humano del MP y también en la infraestructura, el Ministerio Público se verá fortalecido. Además, no solo es el compromiso de los trabajadores de la institución, sino que también el compromiso de las autoridades para aportar lo necesario. Actualmente solo se tiene presencia del MP en 40 de 340 municipios. Es invertir en el crecimiento y sostenimiento del Ministerio Público para que contemos con herramientas tecnológicas.
Dada la importancia que tiene el Ministerio Público en la sociedad, ¿no aumentó en algo el presupuesto del Ministerio Público para el 2017 en comparación con el 2016?
Me parece que sí hubo cierto aumento, pero también hay que verificar que los recursos sean trasladados. En otros años se le ha asignado al Ministerio Público mucho menos de lo requerido, y no solo eso, sino que después no se hacen las transferencias que estaban obligadas a realizar las autoridades que ven el tema fiscal en el país. Parte del fortalecimiento es el compromiso de las autoridades en asignar lo que corresponde.
Con la situación económica actual, ¿cree que esto vaya a cambiar?
Ojalá. Lo que pasa es que el Estado en general depende mucho de deuda, entonces cuando el Estado logre obtener ingresos propios, que se asigne lo necesario para que las instituciones funcionen. Porque la inversión también debe ser en educación, salud, y otros satisfactores básicos, no solo a seguridad y justicia.
¿Le queda presupuesto al MP para volver a tomar otro caso de alto impacto como el de La Línea?
Pues, no sé si presupuestariamente, pero al final de cuentas la ley lo exige y hay que asumir el compromiso.
¿En qué está trabajando la FECI actualmente?
Ahorita hay muchos casos, pero también tenemos ahí algunos de alto impacto que esperamos salgan pronto.
¿Se viene un tsunami entonces?
Siempre estamos a la meta de tsunamis, no por el tema de la promoción del MP, pero sí vienen casos que serán importantes para mostrar que se está haciendo el trabajo y que ayudarán al fortalecimiento de la institución.
¿Y cómo puede aportar la ciudadanía en esta lucha contra la corrupción?
Que se use el mecanismo de la denuncia responsablemente cuando se considere que se obtiene información de una situación delictiva en la cual las fiscalías puedan proceder.
En el Ministerio Público inicié como pasante de la Fiscalía Distrital Metropolitana en el 2003 mientras estaba estudiando en la Facultad de Ciencias Jurídicas de la Universidad de San Carlos. Yo estaba en cuarto año y por un convenio entre el MP y la USAC pude acceder a la pasantía. Siempre acudía al apoyo del Ministerio Público cuando me era requerido para apoyar en turnos de levantamiento de cadáveres. A unos meses de mi graduación, hubo una convocatoria para optar a la plaza de auxiliares fiscales y mediante un concurso de oposición, conseguí acceder al Ministerio Público como Auxiliar Fiscal 1 en la Fiscalía Contra el Crimen Organizado en la Unidad de Robo de Vehículos y posteriormente en la unidad de delitos relacionados con bancos. Cuando yo ya era abogado, existió otra convocatoria en el Ministerio Público para poder ascender a la plaza de Auxiliar Fiscal 2 en la Fiscalía de Delitos Constitucionales y gracias a Dios obtuve el primer lugar. Tras un año y medio me propusieron para ser trasladado a la Fiscalía Especial Contra la Impunidad. Aquí estuve un año y medio, hasta que reformaron la Ley Orgánica del Ministerio Público, entonces ya no era un requisito la edad de 30 años para ser Agente Fiscal y fue cuando la Doctora Paz y Paz me permitió ser el primer agente fiscal con menos de 30 años. Y así, luego de tres años en esta fiscalía, me permitieron hacerme cargo de la FECI.
¿Y cómo, siendo tan joven, surgió su interés por una carrera judicial?
Fue por pura casualidad, ya que por notas era que nos permitían en la San Carlos realizar pasantías en el Organismo Judicial o en el Ministerio Público. Durante mi pasantía fue que me gustó el trabajo de investigación, al principio como hobby, y luego ya me fui involucrando más.
¿Tuvo algún caso de alto impacto durante sus inicios en el Ministerio Público?
El primer caso importante fue el del robo de $8.6 millones al Aeropuerto Internacional La Aurora, el cual no estaba a mi cargo, pero sí había un equipo de auxiliares fiscales que lo teníamos a nuestro cargo. También las primeras detenciones relacionadas con la suspensión de operaciones de BANCAFÉ.
Uno de sus primeros casos en la FECI fue el del expresidente Alfonso Portillo, ¿qué nos puede comentar al respecto?
Justamente en el 2009, al ser trasladado a la Fiscalía Especial Contra la Impunidad me fue asignado el caso del expresidente Alfonso Portillo. En este caso le dimos continuidad a la investigación que realizó la Fiscalía Contra la Corrupción y nos encargamos de la extradición a los Estados Unidos de América. Fue hasta ese entonces el caso más grande que había tenido a mis 26 años.
¿Cómo opera la FECI siendo el enlace entre el MP y la CICIG?
La FECI es una Fiscalía que opera en consecuencia de un acuerdo entre el Ministerio Público y la CICIG. Todos los casos que tiene la FECI son los casos que el Comisionado le pide al Fiscal General de turno que inicie un proceso de investigación, o que continúe una investigación que esté en otra Fiscalía. Eso es la FECI.
Entonces siempre ha tenido contacto con los comisionados.
Sí. Tuve relación con el Comisionado Castresana, el Comisionado Dall’anese y con el Comisionado Velásquez.
¿Y cómo fue esa relación con ellos?
Yo todavía no era jefe de la Fiscalía cuando estaba el Comisionado Castresana, sin embargo él era muy cercano a la Fiscalía. Él venía a reuniones y nos apoyaba directamente. Era el estilo que él tenía. Con el Comisionado Dall’anese no había mucha cercanía, ya que él se comunicaba con quien era Fiscal General, entonces era muy esporádica su relación con la FECI. Por último, con el Comisionado Iván Velásquez es otra dinámica. Hay una relación más estrecha y más directa, quizás porque estoy encargado de la Fiscalía, pero la verdad es un gran soporte contar con una persona como él. Nos da acceso y da la oportunidad de que en todos los casos podamos discutir y aportar ideas.
¿Estas discusiones sobre los casos se dan con Thelma Aldana, el Comisionado Velásquez y usted?
Así es. Toda la información importante de los casos, operativos, y decisiones trascendentes que se toman en la Fiscalía siempre son coordinadas entre el Comisionado y la Fiscal General, siendo yo el vehículo mediante el cual se materializan las decisiones.
¿Cómo fue su experiencia en el caso La Línea enfrentando, en ese entonces, a un Presidente y a una exvicepresidenta?
Al principio todo arrancó como una investigación ordinaria. Nunca se planeó que iba a haber una investigación dirigida en contra del expresidente, sino que mediante hechos delictivos y a medida que iba avanzando la investigación se fue viendo cómo iba creciendo la calidad de la persona, no como personas, sino como el desenvolvimiento que tenían en la sociedad. A la hora de operativizar no solamente bastaban las pruebas, sino que también se tuvo que tomar una decisión coordinada para actuar contra un secretario privado en funciones. Considero que se tomaron las decisiones adecuadas.
¿Entonces el caso lo inició otra Fiscalía y fue trasladado a la FECI al darse cuenta del impacto que iba a ocasionar?
De hecho la investigación la teníamos desde el inicio en la FECI. Esto debido a que desde el 2012 inició una investigación relacionada con contrabando aduanero en Puerto Quetzal, de la cual supongo que habían investigaciones en la Fiscalía de Delitos Económicos. Sin embargo, darle seguimiento a un grupo de personas que ingresaban mercancía de forma anómala por Puerto Quetzal nos permitió en el 2014 tener información de una organización autodenominada “La Línea”.
¿Cómo reaccionó ante el movimiento que se ocasionó tras darse a conocer el caso La Línea?
No estaba planeado dar con estas personas, sin embargo el profundizar entre los hallazgos del caso La Línea nos permitió observar cómo La Línea solamente era un evento más de todos los negocios que esa administración gubernamental tenía en el Estado. Es decir, hubo otros negocios más grandes e importantes durante dicha administración, tales como el negocio en la Terminal de Contenedores Quetzal (TCQ) y la forma en la que se tomaron muchas dependencias del Estado para obtener beneficios económicos.
Se ha exigido mucho un fortalecimiento al Ministerio Público, ¿usted cómo ve estas exigencias? ¿Cree que llegará este fortalecimiento?
Así es, pero parte del fortalecimiento es la asignación de recursos. La sociedad exige que nosotros estemos a la vanguardia en tecnología y personal, pero eso no es posible con el presupuesto actual. En la medida en la que se invierta en el recurso humano del MP y también en la infraestructura, el Ministerio Público se verá fortalecido. Además, no solo es el compromiso de los trabajadores de la institución, sino que también el compromiso de las autoridades para aportar lo necesario. Actualmente solo se tiene presencia del MP en 40 de 340 municipios. Es invertir en el crecimiento y sostenimiento del Ministerio Público para que contemos con herramientas tecnológicas.
Dada la importancia que tiene el Ministerio Público en la sociedad, ¿no aumentó en algo el presupuesto del Ministerio Público para el 2017 en comparación con el 2016?
Me parece que sí hubo cierto aumento, pero también hay que verificar que los recursos sean trasladados. En otros años se le ha asignado al Ministerio Público mucho menos de lo requerido, y no solo eso, sino que después no se hacen las transferencias que estaban obligadas a realizar las autoridades que ven el tema fiscal en el país. Parte del fortalecimiento es el compromiso de las autoridades en asignar lo que corresponde.
Con la situación económica actual, ¿cree que esto vaya a cambiar?
Ojalá. Lo que pasa es que el Estado en general depende mucho de deuda, entonces cuando el Estado logre obtener ingresos propios, que se asigne lo necesario para que las instituciones funcionen. Porque la inversión también debe ser en educación, salud, y otros satisfactores básicos, no solo a seguridad y justicia.
¿Le queda presupuesto al MP para volver a tomar otro caso de alto impacto como el de La Línea?
Pues, no sé si presupuestariamente, pero al final de cuentas la ley lo exige y hay que asumir el compromiso.
¿En qué está trabajando la FECI actualmente?
Ahorita hay muchos casos, pero también tenemos ahí algunos de alto impacto que esperamos salgan pronto.
¿Se viene un tsunami entonces?
Siempre estamos a la meta de tsunamis, no por el tema de la promoción del MP, pero sí vienen casos que serán importantes para mostrar que se está haciendo el trabajo y que ayudarán al fortalecimiento de la institución.
¿Y cómo puede aportar la ciudadanía en esta lucha contra la corrupción?
Que se use el mecanismo de la denuncia responsablemente cuando se considere que se obtiene información de una situación delictiva en la cual las fiscalías puedan proceder.